Antes de saltar a Bali (el 24)
para hacer una ruta en moto hemos pensado hacer esta actualización sobre las
cosas que hemos ido construyendo desde que llegamos a Australia. Son poquitas,
pero la verdad es que estamos muy orgullosos de ellas.
La clave de nuestras manualidades
es que reutilizamos materiales, es decir, aprovechamos descartes de las obras,
de la sierra industrial… por lo que salen “gratis”.
La biblioteca
En nuestra primera etapa en casa de
Rob y Judith construimos unas estanterías para la biblioteca de la casa. La
familia Bakes tiene un montón de libros, en parte culpa de Will, que es una
persona extremadamente curiosa por lo que lee muchísimo y sobre muy diversos
temas.
Para las estanterías utilizamos
los listones de un gallinero viejo que había sido derrumbado. Eran unos
listones muy largos que estaban hechos una mierda. Los cortamos con una sierra
radial, pulimos con la lijadora e hicimos las hendiduras de los estantes en los
soportes laterales con una especie de taladro. Sellamos la superficie con
aceite y colocamos la estantería en la biblioteca.
Hay cinco estantes de 3 m de
largo y dos de 1,5 m, mientras que los soportes laterales son de 2,3 m de alto.
La estantería
En nuestra habitación no tenemos
armario y tampoco había un lugar para dejar la ropa que no fuese la maleta así
que decidimos hacernos una estantería con zapatero.
Al cortar troncos con la sierra
industrial siempre hay descartes (detrás de mí en la foto): los troncos no son
perfectos y hasta que empiezan a salir listones adecuados a lo que necesitamos
se gasta madera. Con esos descartes nos construimos una estantería con dos
estantes de 1,5 m de largo y un estante especial a modo de zapatero también de
1,5 m.
Al trabajar con esta madera la
estantería nos quedó muy bonita, ya que, parece más viva que una estantería de
IKEA. La parte superior de los estantes es plana, como tiene que ser, mientras
que la parte de debajo tiene la forma de la corteza del árbol del que vienen. Pasa lo mismo con los bordes, no son rectos sino que siguen la forma de los
nudos del tronco.
La mesita del té
En la zona multimedia del salón
de casa de Rob y Judith hay dos sofás, separados por un vacío. Ese vacío tenía
tendencia a acumular cosas como, por ejemplo, el mando a distancia de la
televisión. Decidimos hacer una mesita para evitar hacer un mal gesto al coger
el mando y también para poder dejar las tazas de té, café o leche con helado de
vainilla disuelto (es mi forma de hacerme un milkshake casero).
Para hacer la mesita utilizamos
igualmente los descartes de la sierra industrial. El tablón de la mesa es de
0,75 m de largo por 0,25 de ancho. Los extremos redondeados los dibujamos con
un lápiz y una cuerda y los recortamos utilizando una “plainer”. Para que
quedasen con un redondeado suave utilizamos un papel de lija que unimos a una
cuña de madera mediante clavos. Posteriormente lijamos toda la superficie de
la mesa y de las patas y las sellamos con aceite.
Para unir las patas al tablón de
la mesa hicimos hendiduras con el taladro especial de tal forma que encajasen
con una pieza de Lego. Aseguramos el invento con unos tornillos especiales que
estamos usando en la construcción de la casa.
La banqueta
La sierra industrial llegó de
Nueza Zelanda en una caja de madera. Con los listones que sostenían el motor de
la sierra hemos construido una banqueta para poder poner los pies mientras
miramos la tele, un “foot rest”.
Cortamos los listones con la
sierra radial (alguno también con la manual) e hicimos las hendiduras necesarias
para que la banqueta no necesitase tornillos.
La banqueta consta de tres
listones en la parte superior que están colocados de tal manera que la
separación entre ellos se corresponde con su altura (la menor de las tres
magnitudes altura, anchura, profundidad). Las patas están aseguradas mediante
dos listones horizontales unidos mediante un listón paralelo a los listones
superiores de la banqueta. Todo está unido mediante los tornillos (button
screws) especiales que estamos utilizando en las obras.
El contenedor de compost
En casa de Gwen construimos un
contenedor para hacer compost. Para ello utilizamos madera procedente de
puertas viejas y planchas de acero procedentes del tejado de un cobertizo en
ruinas.
El contenedor consta de dos cubículos
en los que se almacena la materia orgánica generada en la granja. Hay que ir
moviendo la materia orgánica para oxigenarla y cambiarla de cubículo
periódicamente para obtener un buen compost.
Aquí queda esta pequeña
actualización. La próxima después de Bali, a ver qué tal nos va por Indonesia.
Enrique & Marina
Me encanta vuestra decisión de "bricolagear" y sobretodo la mesita, al final quedará una estancia bien cómoda, felicidades.
ResponderEliminarNosotros también estamos orgullosos de vuestras construcciones, Y DE VOSOTROS. Por cierto estoy por pediros la sierra para hacer algunos arreglillos en casa, ja, ja.
ResponderEliminarDisfrutad mucho de vuestro viaje a Bali.