¡Cuántas cosas han pasado desde
la última actualización!
Seré breve: no hemos ido a
Glenfalloch. En lugar de eso hemos estado una semana con una familia en
Heathcote (Christchurch) y dos semanas en Greta Valley, una de las cuales
estamos solos a cargo de la casa y animales de la familia (esto es actualmente,
hasta el día 30).
En Christchurch hemos estado con
la familia Chesney: Tim, Anna y Franklin, que es un bebé de nueve meses muy
divertido (ahora es del Barça).
Tim es publicista (autónomo) y Anna es psicóloga,
actualmente de excedencia por maternidad, que aquí llega a ser de un año. Ambos
vendieron su piso justo el día antes del terremoto que asoló la ciudad en 2011
y unos días después (los precios de la vivienda bajaron considerablemente)
compraron una casa medio destruida en el barrio en el que estuvo el epicentro,
Heathcote.
Debido a que cuando empezaron los trabajos de
reconstrucción Anna estaba embarazada y se acercaba el invierno (julio, agosto)
su casa fue de las primeras que los expertos revisaron y arreglaron.
Afortunadamente para los ciudadanos de Christchurch toda Nueva Zelanda tiene un
seguro antiterremotos, por lo que las reparaciones les salieron gratis a las
familias afectadas.
La casa es de madera (son las que mejor resistieron el
terremoto) y tienen un buen jardín: huerto, plantas de grosellas, árboles
frutales, gallinas y dos cerdos que morirán cuando pesen 50 kg.
Nuestros trabajos fueron sencillos: desbrozar una zona del
jardín para poder ampliar el huerto y, lo que gustó especialmente a Marina,
recoger ciruelas rojas y grosellas (negras y rojas) para hacer mermeladas y
demás potingues.
En cuanto al tiempo libre lo
dedicamos a pasear como jubilados por el barrio (es una zona muy tranquila de
casas unifamiliares con muchos parques) y también a hacer una excursión. La única
excursión posible. De los 20 caminos que recorren las montañas que limitan el
valle, sólo hay uno abierto, el de Mount Pleasant.
El camino lleva hasta un puesto
militar de la segunda guerra mundial en el que estaban las defensas antiaéreas
de Christchurch. Hemos descubierto que en Nueva Zelanda tenían mucho miedo a
que los japoneses les atacasen.
Desde este puesto de defensa se
puede ver Littleton, un pueblo al otro lado de las montañas que fue destruido
completamente en el famoso terremoto de 2011.
También puede verse el estuario
del río de Christchurch, que se vacía cada 12 horas dejando un barrizal
considerable, donde los nativos del lugar gustan de ir a coger almejas.
Hace una semana nos vinimos a
Greta Valley, con Bill y Marion, que viven en una casa aislada en el valle,
justo al lado de una granja de ciervos. Bill trabaja en la reconstrucción de
Christchurch y hace unos días recibió una carta en la que su empresa se
congratulaba de haber arreglado 30000 casas en el año 2012, casi nada. Marion
trabaja para el DOC (departamento de conservación de Nueva Zelanda) como agente
de campo en toda la isla sur junto con su perra Fern (Helecho en inglés), una
pointer.
Los trabajos que hacemos por aquí
son bastante variados. Tenemos que ayudar a replantar plantas nativas de la
zona que están en peligro, acumular madera para el invierno… y ahora que
estamos solos tenemos que cuidar de las dos vacas, las 14 gallinas, los 7
pollitos adolescentes, las plantas en general y de los conejos: tenemos una
escopeta Gamo (sí, de las que se fabrican en Sant Feliu) con mira telescópica
destinada a reducir la población de conejos.
Esto de estar solos cuidando de
la casa es habitual en Nueva Zelanda, se llama housesitting. Básicamente las
familias que tienen animales y/o plantas y quieren irse de vacaciones lo que
hacen es dejarte su casa (con coche y comida) a cambio de que la cuides. Para
nosotros son como unas vacaciones de las vacaciones.
Marina se lo está pasando pipa:
ha hecho pasta (con 14 gallinas tenemos un montón de huevos, que para ella son
como regalitos), pan, galletas de varios tipos…
Ahora toca hablar de la Navidad.
Una duda que estoy seguro que todo el mundo tiene. ¿Qué villancicos cantan?
Porque aquí es verano. Pues cantan los mismos villancicos, lo que es bastante
curioso ya que puedes ver a gente cantando “Blanca Navidad” en traje de baño
bajo un sol de justicia.
Otra duda que todos tenemos,
¿Ponen árbol de Navidad? Sí, abetos directamente cortados de la montaña. De
hecho hay gente que corta abetos (o ramas de abetos) los deja al lado de la
carretera con un cartel en el que pone “8 dólares” y una cajita para que dejes
el dinero, ya pasarán a buscar la recaudación después de Navidad. Esto es
impensable en España.
Nosotros fuimos a los alrededores
de la casa con un serrucho y nos trajimos un abeto algo raquítico, pero que es
nuestro árbol de Navidad veraniega.
De momento no tenemos más
aventuras en el Greta Valley, un día de estos cogeremos el coche y nos iremos a
Kaikoura, a ver si vemos alguna ballena, delfín o sirena.
El terremoto de Christchurch: lo que nos han contado y hemos
investigado
El 22 de febrero de 2011 tuvo
lugar un terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter (intensidad MM X+
según la escala modificada de Mercalli) en la región de Canterbury, cuyo
epicentro se localizó prácticamente en el centro de Christchurch, la segunda
ciudad más poblada de Nueva Zelanda, y a escasos 5 km de
profundidad.
Durante la primera semana
posterior al terremoto se sucedieron más de 361 réplicas, la mayor de 5,9
grados de magnitud. El terremoto duró 12 segundos.
Las consecuencias de este
terremoto fueron fatales para la ciudad, que quedó destruida casi por completo
(80 % de las infraestructuras destruidas). Para hacernos una idea, hubo una
licuefacción de 200.000 toneladas de suelo (tamaño de grano entre arcilla y
limo) que, evidentemente afectó a los cimientos de muchos edificios.
En cuanto a víctimas mortales,
murieron 185 personas de 20 nacionalidades distintas ya que uno de los
edificios que se derrumbó era un centro comercial (estilo L’Illa) con una
escuela de idiomas en uno de los pisos superiores.
Meses antes (4 de septiembre de
2010) habían tenido otro terremoto de magnitud 7,1 que únicamente había
ocasionado daños materiales, pero no tantos como el de 2011. ¿Cuál es la
diferencia?
La diferencia la representa un
concepto conocido como Peak Ground Acceleration (PGA) que, en cristiano, mide
la aceleración con la que se desplaza el terreno. En el caso del terremoto de
febrero de 2011 la PGA fue de 1,8 G en sentido vertical de media, lo que
significa 1,8 veces la aceleración de la gravedad, y 1,7 G en sentido
horizontal. El punto con mayor PGA fue la escuela primaria de Heathcote Valley,
que se encuentra a unos 200 metros de la casa en la que hemos estado alojados
durante una semana, y que alcanzó un valor de 2,2 G en sentido vertical
ascendente y 0,9 G en sentido descendente(por aquí cuentan que más de uno voló
aquel día). Estos valores de PGA son de los más elevados que se han dado en el
mundo (desde que se miden estos parámetros); en el terremoto de Haití de 2010
la PGA no superó las 0,5 G.
Por lo que cuentan los expertos
del ayuntamiento de Christchurch, para que los edificios tengan posibilidades
de resistir estos valores habría que diseñarlos atendiendo a un terremoto de
periodo de retorno de 2.500 años, mientras que la normativa actual marca 500
años, y la que había hasta los años 70 marcaba 50 años.
Las consecuencias materiales, por
lo tanto, fueron desastrosas: de los 220 edificios de más de 5 plantas de
Christchurch, 110 se derrumbaron total o parcialmente a causa del terremoto. De
los 4.000 edificios del centro de la ciudad, 1.000 han tenido que ser
derrumbados y otros 1.000 van a serlo en los próximos meses. En cuanto a
viviendas, se perdieron más de 10.000 y muchas de ellas no se podrán volver a
construir en su emplazamiento original debido a la licuefacción del terreno.
Más de 100.000 viviendas están pendientes de demolición o reparación. En lo que
respecta a edificios históricos (aquí histórico quiere decir de 200 años) no
quedan.
El terremoto de Christchurch: lo que hemos visto
La verdad es que por el centro de
Christchurch hemos pasado poco, entre otras cosas porque está acordonado. Se
llama la “zona roja” y es bastante apocalíptica: las marquesinas de publicidad
siguen anunciando eventos de febrero y marzo de 2011.
En la zona roja está prohibido
entrar a menos que seas un trabajador de la reconstrucción de la ciudad o que
participes en un tour turístico algo cínico organizado por el ayuntamiento,
previo pago, evidentemente (si pagas automáticamente una armadura de acero inoxidable
cubre tu cuerpo protegiéndote de los posibles accidentes que le pueda suceder a
la gente que quiera entrar “de gratis”).
Lo más turístico actualmente de
la ciudad de Christchurch es el centro comercial “Re:Start”, situado donde
estaba el centro comercial que se derrumbó en el terremoto, que está hecho con
contenedores de mercancías (2 TEU). La verdad es que dicho así suena
deprimente.
Cuando la familia con la que
estábamos en Christchurch nos dijo que fuésemos a verlo nos imaginamos algo parecido
al mercado de Kingsbridge (ciudad ficticia de “Los Pilares de la Tierra”)
después de que Lord Hamleigh pasara por ahí con sus caballos. Nada más lejos de
la realidad.
Los contenedores están colocados
con mucho estilo y están pintados y decorados con los logos de las tiendas. Los
pasillos que los comunican están asfaltados, tienen árboles, fuentes, música en
directo e incluso un tranvía circula de vez en cuando. Lo que debió empezar
como una solución provisional se ha convertido en un referente de diseño y
comodidad, qué cosas. Por tener, tienen incluso un poste con herramientas para
acondicionarte la bicicleta (llaves allen, inglesas, bomba de aire…), y no las
roban, esto es otro mundo.
La verdad es que en Christchurch
han sabido sacarle partido a los contenedores. La zona de Redcliffs (colinas
rojas) está formada por montañas que quedaron siniestro total. Bordeando las
colinas discurre la carretera que comunica el centro de la ciudad con el
suburbio de Sumner, que es la zona de ricos en dinero.
El riesgo de derrumbes,
desprendimiento de rocas, etc. es tan grande que, en lugar de poner vallas y
señales lo que han puesto son contenedores con bloques de hormigón dentro a lo
largo del arcén de la carretera. Queda un poco grotesco pero da sensación de
seguridad y funciona.
Durante nuestra estancia en
Christchurch tuvimos la oportunidad de vivir un terremoto pequeñito. Estábamos
colocado unos libros en una estantería. Durante unos 3 o 4 segundos pareció que
el metro estaba pasando justo debajo de la casa (aquí no hay metro). Nada más,
pero impresionó.
Esto es todo por ahora. Marina y
yo os deseamos a todos feliz Navidad y nos despedimos hasta la próxima
actualización, que si la pereza no es muy grande, será antes de 2013.
Enrique & Marina
Parecementerio pero he entendido lo del PGA (feel like a sir) xDD.
ResponderEliminarTengo una advertencia para Marina! Me he aficionado a hacer galletas así que cuando volváis la voy a acribillar con preguntas sobre recetas!!
Morry Christmas and a Happy New Year!! (por si no actualizáis antes el blog y eso). Un besazo :)
Felicitaciones por vuestra labor y este interesante blog. Os deseo unas excelentes fiestas...allí donde esteis! Saludos cordiales.
ResponderEliminarFELIZ NAVIDAD.
Ramón
P.D.: Os invito a pasar por mi blog DISEÑO GRÁFICO CON PHOTOSHOP (www.ramonferrera.blogspot.com) donde desinteresadamente enseño técnicas fácil de realizar con el programa Photoshop para aplicar a nuestras fotografías. Os las enseño a través de tutoriales que os explico "paso a paso". Espero os guste y se útil.