domingo, 17 de marzo de 2013

BRICOMARINA Y ENRIQUE EL MANITAS




Antes de saltar a Bali (el 24) para hacer una ruta en moto hemos pensado hacer esta actualización sobre las cosas que hemos ido construyendo desde que llegamos a Australia. Son poquitas, pero la verdad es que estamos muy orgullosos de ellas.

La clave de nuestras manualidades es que reutilizamos materiales, es decir, aprovechamos descartes de las obras, de la sierra industrial… por lo que salen “gratis”.

La biblioteca

En nuestra primera etapa en casa de Rob y Judith construimos unas estanterías para la biblioteca de la casa. La familia Bakes tiene un montón de libros, en parte culpa de Will, que es una persona extremadamente curiosa por lo que lee muchísimo y sobre muy diversos temas.



Para las estanterías utilizamos los listones de un gallinero viejo que había sido derrumbado. Eran unos listones muy largos que estaban hechos una mierda. Los cortamos con una sierra radial, pulimos con la lijadora e hicimos las hendiduras de los estantes en los soportes laterales con una especie de taladro. Sellamos la superficie con aceite y colocamos la estantería en la biblioteca.



Hay cinco estantes de 3 m de largo y dos de 1,5 m, mientras que los soportes laterales son de 2,3 m de alto.

La estantería

En nuestra habitación no tenemos armario y tampoco había un lugar para dejar la ropa que no fuese la maleta así que decidimos hacernos una estantería con zapatero.



Al cortar troncos con la sierra industrial siempre hay descartes (detrás de mí en la foto): los troncos no son perfectos y hasta que empiezan a salir listones adecuados a lo que necesitamos se gasta madera. Con esos descartes nos construimos una estantería con dos estantes de 1,5 m de largo y un estante especial a modo de zapatero también de 1,5 m.



Al trabajar con esta madera la estantería nos quedó muy bonita, ya que, parece más viva que una estantería de IKEA. La parte superior de los estantes es plana, como tiene que ser, mientras que la parte de debajo tiene la forma de la corteza del árbol del que vienen. Pasa lo mismo con los bordes, no son rectos sino que siguen la forma de los nudos del tronco.

La mesita del té

En la zona multimedia del salón de casa de Rob y Judith hay dos sofás, separados por un vacío. Ese vacío tenía tendencia a acumular cosas como, por ejemplo, el mando a distancia de la televisión. Decidimos hacer una mesita para evitar hacer un mal gesto al coger el mando y también para poder dejar las tazas de té, café o leche con helado de vainilla disuelto (es mi forma de hacerme un milkshake casero).



Para hacer la mesita utilizamos igualmente los descartes de la sierra industrial. El tablón de la mesa es de 0,75 m de largo por 0,25 de ancho. Los extremos redondeados los dibujamos con un lápiz y una cuerda y los recortamos utilizando una “plainer”. Para que quedasen con un redondeado suave utilizamos un papel de lija que unimos a una cuña de madera mediante clavos. Posteriormente lijamos toda la superficie de la mesa y de las patas y las sellamos con aceite.



Para unir las patas al tablón de la mesa hicimos hendiduras con el taladro especial de tal forma que encajasen con una pieza de Lego. Aseguramos el invento con unos tornillos especiales que estamos usando en la construcción de la casa.

La banqueta

La sierra industrial llegó de Nueza Zelanda en una caja de madera. Con los listones que sostenían el motor de la sierra hemos construido una banqueta para poder poner los pies mientras miramos la tele, un “foot rest”.



Cortamos los listones con la sierra radial (alguno también con la manual) e hicimos las hendiduras necesarias para que la banqueta no necesitase tornillos.





La banqueta consta de tres listones en la parte superior que están colocados de tal manera que la separación entre ellos se corresponde con su altura (la menor de las tres magnitudes altura, anchura, profundidad). Las patas están aseguradas mediante dos listones horizontales unidos mediante un listón paralelo a los listones superiores de la banqueta. Todo está unido mediante los tornillos (button screws) especiales que estamos utilizando en las obras.

El contenedor de compost

En casa de Gwen construimos un contenedor para hacer compost. Para ello utilizamos madera procedente de puertas viejas y planchas de acero procedentes del tejado de un cobertizo en ruinas.



El contenedor consta de dos cubículos en los que se almacena la materia orgánica generada en la granja. Hay que ir moviendo la materia orgánica para oxigenarla y cambiarla de cubículo periódicamente para obtener un buen compost.

Aquí queda esta pequeña actualización. La próxima después de Bali, a ver qué tal nos va por Indonesia.

Enrique & Marina

jueves, 7 de marzo de 2013

SE ACERCA EL INVIERNO




El día uno de marzo entramos en otoño. Aquí el tema de los equinoccios no lo dominan y, como no son de complicarse mucho, empiezan las estaciones el primer día del mes. Y se quedan tan anchos. ¿Qué se consigue con esto? Pues que estamos en otoño a cuarenta grados centígrados. Cosas del hemisferio sur.



Otra de las cosas extrañas que ocurren por estos lares es que distinguen entre “tomato” y “kétchup”. Llevamos siete meses pensando que el “tomato sauce” es en realidad “kétchup” y ahora descubrimos que no. Terrible, apocalíptico. No nos hemos atrevido a probar el kétchup, aquí dicen que es una cosa de americanos, que no les gusta. En fin.



Efectivamente. Esto es un anuncio de alquiler de madres. La misma cara que estáis poniendo vosotros al leerlo es la que pusimos nosotros. No hace falta decir nada más, aquí son así.

Después de estas tres revelaciones espero que nuestras madres entiendan por qué hemos tardado tanto en actualizar el blog. Para los que no sois nuestras madres… hemos estado muy liados, entre otras cosas, preparando un viaje de dos semanas a Bali.

Seymour alternative farming expo



El fin de semana posterior a nuestro heroico viaje furgonetero por la Great Ocean Road fue la feria de granjeros alternativos de Seymour. La verdad es que de alternativa tuvo poca cosa, pero fue importante para la familia Bakes porque Lewis lanzó oficialmente su negocio de fabricación de hornos.



Las prisas empezaron el lunes de la semana del evento ya que Lewis todavía no había construido el horno para mostrar en la feria. Llanto y crujir de dientes. Afortunadamente lo tenía todo aparentemente preparado así que en un día construyó el horno encima del camión familiar. El resto de la semana nos la pasamos entre tarjetas de visita, modificaciones de última hora en la página web, panfletos sobre el negocio, avituallamiento para las demostraciones culinarias…



La feria resultó ser una feria de muestras de carácter más o menos rural: venta de maquinaria pesada, fosas sépticas, granjas de gusanos (para depurar agua residual doméstica, muy interesante), células fotovoltaicas, afiladores de brocas de taladro, venta de ganado… lo típico, vamos.

En cuanto a nosotros nos dedicamos a hacer de personal de soporte en el stand de Lewis.



Ayudamos con el pan, las pizzas e incluso con clientes potenciales. La verdad es que fue muy entretenido. Al final Lewis vendió el horno que tenía en exposición a una familia que se dedica a criar cerdos.

Nosotros nos pusimos muy contentos por la venta pero más aún al escuchar las palabras mágicas “criamos cerdos”. En menos de un nanosegundo estábamos entablando relaciones diplomáticas con esa familia para ver si tenían jamón. Sabían lo que era el jamón ibérico de bellota pata negra y demás apellidos pero nos dijeron dos cosas terribles: ellos lo que tienen es prosciutto (esa cosa italiana que pretende ser algo parecido al jamón) y que está prohibido importar nuevas razas de cerdos (adiós pata negra). La buena noticia es que aquí hay un árbol que es como un híbrido de encina y roble (da bellotas) por lo que aún hay esperanzas.

El avance de las obras



A cambio del alojamiento y la manutención ayudamos en la construcción de la casa familiar. Rob empezó la casa hace veinticinco años y, como buen admirador de Gaudí que es, todavía no está acabada. Se puede decir que durante los últimos veinticuatro años el proyecto ha estado parado. Pero ahora Rob y Judith se han “jubilado”, lo que unido a que los tres hijos están por aquí (tienen una tendencia muy grande a irse fuera del país) les ha dado el empujoncito suficiente para reemprender el proyecto de la casa.



El encargado de que las obras lleguen a buen puerto es Rob JR. Él se encarga de todo y es el responsable de todo, siempre y cuando Rob esté de acuerdo y dé su visto bueno. Cosas de familia.



Lo que estamos haciendo es, rodeando a la construcción principal de mudbricks, construir tres habitaciones inmensas y un lavabo, todo con madera. ¿Y de dónde sale la madera?



Pues la madera sale de un montón de árboles que fueron arrancados por unas riadas hace unos años que iban a ser destinados a virutas de madera. Rob los recogió (nadie sabe exactamente cómo) y los guardó en la propiedad (los terrenos de la casa son gigantescos) porque sabía que un día los usaría.



¿Y qué haces cuando tienes más de cincuenta troncos de casi un metro de diámetro y algunos de hasta cinco metros de largo? Pues te compras una sierra industrial. ¿Y quién ha sido el encargado de montar la sierra, ponerla en funcionamiento y, finalmente, ser el responsable del suministro de madera? Yo.



La sierra (saw mill) consiste en una cuchilla circular de algo menos de un metro de diámetro que gira gracias a un motor Kohler. El motor con la sierra está montado en dos raíles sobre los que se puede mover el conjunto de izquierda a derecha para atacar al tronco por uno de sus extremos. Este mecanismo a su vez está montado sobre otros dos raíles de nueve metros de largo que sirven para mover el sistema a lo largo del tronco.



Con la cuchilla situada en posición horizontal se empuja el mecanismo a lo largo del tronco haciendo el primer corte. Al llegar al extremo del tronco se pone la cuchilla en posición vertical y se estira del mecanismo para volver a la posición de partida, haciendo un corte vertical coincidente con el extremo del corte horizontal hecho anteriormente. Y de aquí vienen los tablones con los que construimos la casa.



El tronco más grande que hemos cortado hasta ahora ha sido de más de cinco metros de largo con el que hemos hecho las vigas (beams, de 5 m de largo y sección de 150 x 200 mm) sobre las que se sustentarán las viguetas (rafters, de 4 m de largo y sección de 100 x 150 mm) que aguantarán el tejado y varios tablones de 50 mm de ancho para las paredes interiores.



¿Qué se hace después de cortar la madera y dejarla secar unos días? Tablones para el suelo, vigas, viguetas, tablones para la estructura de las paredes… todo hay que lijarlo, embellecer ciertos ángulos que estarán a la vista, sellar la superficie y prepararlo todo para su correcta puesta en obra.



¿Quién es la encargada de todo esto? Marina. Cada mañana coge sus guantes, gafas de seguridad, protector auditivo y herramientas y se pasa cuatro horas suministrando piezas de madera perfectamente acabadas a los que estén, en ese momento, construyendo.



En la foto superior está Will, el hermano mayor, que ha vuelto hace tres semanas de un viaje de once meses en el que ha cruzado Asia y Europa en una Royal Enfield Bullet (una moto). Lo que está alineando son los tablones del suelo de lo que será el lavabo.



En esta foto estamos, de derecha a izquierda, Val (un chico francés que está viviendo en casa de Gwen), Robert, Will y yo. Lo que estamos haciendo es mover la estructura de la pared de la “helpex room”, que es la habitación destinada a alojar a los viajeros como nosotros (ahora que Rob se ha jubilado se va a dedicar a desarrollar un montón de proyectos para los que va a necesitar una ayuda extra). Esta habitación será la más grande de la casa (el enorme ventanal se puede intuir perfectamente) y, si todo va según lo previsto, Marina y yo seremos los primeros inquilinos.



Y ya para acabar este apartado, la última foto es de Marina. Lo que está lijando es un tablón que hemos utilizado para hacer una estantería para nuestra habitación.



Estamos alojados en una construcción de mudbricks algo apartada de la casa (originalmente pretendía ser un estudio de fotografía). Igual en la próxima actualización ponemos alguna foto, aunque a este paso la próxima actualización será sobre nuestras vacaciones en Bali.

La gente paga por ir al gimnasio



En cuanto a lo que no es trabajo voluntario (a cambio de alojamiento y comida) Rob nos tiene ayudándole por las tardes en su negocio de fabricación de mudbricks. Entre él y sus hijos fabrican unos dos mil mudbricks a la semana. Lo que hacemos Marina y yo es cargarlos en palés para cuando viene el camión a recogerlos.



Cada mudbrick pesa algo más de 10 kg y en los palés se cargan 144 unidades. Intentamos hacer dos palés al día, aunque a veces (hoy, por ejemplo) hemos llegado a cargar hasta cuatro. La actividad es cansada ya que, dicho algo a lo bruto, estamos moviendo una media de casi 3000 kg al día. ¿Quién necesita un gimnasio?



Esto es una red back spider. La araña más venenosa del mundo. ¿Dónde vive? En los palés, tal cual. La de la foto ha fallecido mientras intentaba meterla en un tarro de yogur (vacío). Es nuestra primera red back después de siete meses por aquí (descontad los casi tres meses de Nueva Zelanda). Después de encontrarla y enseñársela a toda la familia, Will nos ha explicado que en el desierto de Irán se encontró con un chico inglés que estaba viajando por toda esa zona en autoestop que le dijo que no iría ni loco a Australia porque con la de animales venenosos que hay era muy peligroso. Un autoestopista en Irán tiene miedo de venir a Australia.

Cosas de casa



Hoy la gallina Henrietta ha tenido cinco pollitos (de momento), son adoptados de Sparrow (el silkie chicken blanco de Gwen) y una de sus gallinas (también de Gwen). A parte de eso hemos descubierto que tenemos un gato rondando por los alrededores y, al menos, cuatro possums. Uno de estos possums anoche se hizo amiguete nuestro.



En cuanto a los ratones, a día de hoy podemos decir que tenemos trece menos.
Temas menos rurales: cada jueves es el “pizza night” por lo que viene Gwen, sus helpers y demás amigos de Rob y Judith a cenar.



El jueves pasado esto parecía la ONU. Marina y yo de Barcelona, Val de Estrasburgo, James de Brighton, Yu Chen de Taiwan, Meha de Argelia y un montón de australianos.



Con estos últimos hicimos una excursión por el Mount Macedon el fin de semana.



El domingo pasado tuvimos una comida (¿Pizza day?) con un montón de amigos de la familia (21 personas y creo que 6 niños y 1 perro).



De preparar la masa se encargó Judith, como siempre. De preparar las pizzas nos encargamos los jóvenes (en la foto Val, Sandra y Marina intentando que Rob no ponga más queso en todas las pizzas que ve).



Del aireado y extendido de la masa se encargó, como siempre, Rob y, al ser de día y haber niños, se entretuvo haciendo algún que otro malabarismo (no se le cayó ninguna base).



Las pizzas, como siempre, buenísimas.




Por la tarde los niños, y no tan niños, nos entretuvimos con las pinturas faciales que una de las señoras amiga de Rob trajo a la comida.



El día acabó en la peluquería. Ahora estoy más fresquito, listo para el invierno.

¡Hasta la próxima actualización!

Enrique & Marina